30 de enero, Londres
Milagrosamente, hoy salió el sol, así que decidimos hacer un tour por la ciudad. Contamos nuevamente con los tours en español de Sandeman’s como el que habíamos tomado en Escocia y que tanto nos había gustado. Es imposible saber cuantos km caminamos, pero podemos dejar constancia de que el dia comenzó 9:30 y finalizó alrededor de las 21...
Comenzamos por un recorrido por el espléndido Hyde Park, en donde nos cruzamos con algunos deportistas, turistas, gente que pasea a su perro, etc.. el hermoso parque y su lago y sus exóticos patos y cisnes es realmente enorme... pero no es el único de esta increíble ciudad. Luego comenzamos el tour a pie. Vistamos muchos lugares: Buckinghan Palace, el cambio de guardia, St. James, Pall Mall, Trafalgar Square, El BigBen, Westminster, Covent Garden, la corte de Justicia, la Iglesia de los Templarios, el Tamesis, el puente del milenio, St. Paul, la city, el Monumento... y terminamos en la Torre de Londres.
Luego pensamos que era buena idea cenar por Covent Garden y allí fuimos. Sin embargo, aquí cierra todo demasiado temprano, por lo que acabamos en un café Nero sobre Oxford Street. Sin duda fue un día agotador... pero inolvidable.
31 de enero, Londres
Una visita turística a Londres no lo es sino vas a ver la Tower of London. La torre de Londres es mucho más que una torre, es "El Castillo" por excelencia... no tanto en el sentido de residencia real sino más bien en el de fortaleza.
La torre de Londres remonta sus orígenes al 1100 habiendo sido concluída varios siglos después: fue fortaleza, residencia real, escenario de asesinatos misteriosos, prisión vip, sitio de tortura y ejecuciones, zoológico, casa de moneda, observatorio astronómico... y desde el siglo XIX, destino turístico y landmark. Derrumbada, reconstruída, incendiada, recuperada, bombardeada y restaurada, la torre es una atracción turística típica de Inglaterra, solemne y autoparodiada, en código inglés con su admirable elegancia, sus maravillosos fantasmas y el brillo de la realeza.
Una lectura atenta revela el profundo vínculo de Inglaterra con sus reyes y el lazo que los une a las dinastías que reinaron a lo largo de tantas generaciones.
Párrafo apartre merece la infotografiable exhibición de las joyas de la corona... quizá, en estos tiempos, tan acostumbramos que estamos a los brillos, lujos y proezas tecnologicas, tal vez no nos resulte tan impresionante, sin embargo, es posible imaginar sí, el impacto de todo esto en tiempos tan remotos.
Por la tarde, dejando atrás a la emblemática torre, underground mediante, nos fuimos hasta donde se encuentra los famodos estudios dreAbbey Road. A pocas cuadras de la estación St. John's Wood de la línea Jubilee, nos encontramos con el mítico estudio y un puñado de turistas tratando de obtener la misma foto que nosotros. La cosa no fue fácil: si bien hay unas luces amarillas junto a la senda peatonal, esas que dan prioridad exclusiva al peatón, el tráfico no es poco y todos querían que en la foto no se vieran otras personas. Además, era prácticamente imposible obtener el ángulo justo.
El pequeño muro de los estudios, lleno de graffitis, es evidencia de que el sitio se ha transformado en un lugar de peregrinación. No quise ser menos y dejé mi propia marca.
Luego quisimos recordar el lugar en done habíamos nos habíamos hospedado 15 años atrás, nos dirigimos a la zona de Gloucester Road de la línea Picadilly y recordamos los alrededores, con sus cambios y continuidades...
Que suerte que pudimos volver a visitar esta ciudad tan hermosa.
31 de enero, Londres
Con lluvia llegó la mañana, pero no nos preocupamos, para bien o para mal, el tiempo es tan inestable en Londres que no perdimos las esperanzas. Hicimos bien, nubes, lloviznas y sol se alternaron durante toda la jornada.
La galería de arte moderno de Londres se divide en dos secciones. La primera de ellas el Tate British, y la otra, el Tate Modern sobre la orilla opuesta de Támesis. Existe una conexión a través del río, integrada a la red de transporte que se llama "Tate to Tate". Navegar por el Tamesis es una gran oportunidad para ver la ciudad desde otra perspectiva y las lanchas colectivas son sin duda una opción accesible para hacerlo.
Por razones de tiempo, decidimos recorrer el novísimo Tate Modern, instalado sobre la que fuera una central eléctrica. Su interesante estética es aprovechada con un excelente criterio arquitectónico. La muestra permanente, nos gustó mucho y disfrutamos apreciando y fotografíando pinturas, esculturas e instalaciones. ¡De paso pude ver otra vez un Kandinsky en persona!
Al salir del Tate Modern, en dirección a la otra orilla, tuvimos la oportunidad de cruzar a través del puente del milenio, que con su estética cableada parece dar alguna continuidad a la austeridad monumental de la ex central productora de energía.
El puente se dirige perpendicular a St. Paul cuya imponente cúpula pudimos volver a admirar... y recorriendo en sentido inverso el camino que habíamos hecho con el tour, llegamos a Covent Garden en donde almorzamos mientras unos músicos callejeros de excelente nivel, ejecutaban algunas piezas clásicas.
Por la tarde fuimos al museo del transporte de Londres. La exposición es muy interactiva y entretenida. Ordenada de forma cronológica y con mucho sentido lúdico, es en su esencia, un merecido homenaje a los 150 años que pronto cumplirá el subterráneo londinense. Es impactante comprender la proeza tecnológica que significó la construcción de la primera línea (Circle Line)... y el increíble desarrollo que tuvo tan magnifica idea...
... y como mañana por la noche acabaría nuestro viaje, de regreso al hotel fuimos comprando algún que otro souvenir por las tiendas que se agolpan enlas veredas de Oxford Street presumiendo la frase “Keep Calm and carry on”, infinitamente parodiada en objetos de recuerdos de todo tipo...
1 de febrero, Londres
Nuestro último día en Londres nos dedicó un austero sol invernal. Tras dejar en guarda las valijas, nos fuimos a caminar. Atravesamos Hyde Park y los jardines de Kensiston, pudiendo ver a los londinenses disfrutando del espacio público, haciendo deportes o simplemente paseando a sus perros.
Diana Memoria Fountain en Hyde Park
Al dar la vuelta hasta llegar a Hyde Park Corner, volvimos sobre los pasos del camino que habíamos realizado algunos días antes en compañía del tour solo que ahora con más calma para orientarnos por nosotros mismos. Fuimos entonces para el Buckingham Palace y nos mezclamos entre la multitud que esperaba el cambio de guardia. Esta vez vimos a los guardas de los grandes sombreros de piel, diferentes a los que habíamos visto el otro día.
Atravesamos Green Park y vimos los famosos flamencos, acusados de devorarse a las obesas palomas y otras exóticas especies de aves, avenidas en fauna silvestre. Caminando llegamos al Parlamento y nos acercamos mucho mas al Big Ben, cuyo descomunal tamaño resulta difícil de imaginar en las fotografías sin referencias humanas.
Almorzamos en un simpático local de de supuesta “comida rápida sana”, si acaso el concepto fuera posible, con una curiosa estética japonesa pseudo zen, en donde exploramos nuevas versiones de los tipicos "pots" para comer con dos palitos. Después, nos apuramos a probar un cafe "take away" en Costa, la competencia británica de Starbucks, cuyos productos gustaron más y nos arrepentimos de no haber probado antes.
La caminata nos llevó por pequeños negocios de souvenirs y tiendas departamentales - nuestra preferida: John Lewis - hasta que otra vez, Oxford Street nos acompañó hasta Mable Arch, en la esquina de nuestro hotel. Dimos algunas vueltas mas por la zona en donde se apiñan unos cuantos comercios árabes, con sus delicias de hojaldre y mesas en las veredas en donde se los puede ver fumando narguile.
Para dirigirnos a Heathrow, las opciones eran tomar Picadilly en Hyde Park Corner - para lo cual había mucho que caminar con las valijas a cuesta - o combinar desde Central Line... que fue lo que hicimos. Cabe relatar que pese a la desalentadora cantidad de gente en el “Tube” un sábado por la tarde, no solo llegamos a tiempo y sin sobresaltos sino que estuvimos sentados la mayor parte del viaje hasta nuestro destino final, la terminal 5.
En Heathrow vino finalmente lo mas difícil: decile adios a UK. Ojalá pronto podamos regresar. Fue un viaje maravilloso.