Un taxista en Buenos Aires, no es solo un chofer de autos para el ámbito urbano. Porque el taxista proteño, además de manejar... habla. Y puede llegar a hablar mucho. A contar historias. A sacar conclusiones. A hacer diagnósticos sobre la base de un estudio de campo... importante.
Estan los que escuchan también. Los que conocen la ciudad de punta a punta y los que no tienen la menor idea de como llegar a Parque Centenario. Están los enojados, los que no te quieren dar cambio, los que piden permiso formal para fumar (como si uno pudiera atraverse a decir cuánto le molesta el humo) y los que para colmo, no tienen aire acondicionado. Pero todo se compensa con los muchísimos que se esfuerzan por esquivar pozos y piquetes para llevarte a tiempo cuando estás llegando con una fatal media hora de atraso.
El taxista de Buenos Aires es un personaje típico de esta ciudad furiosa. He aquí un respetuoso homenaje, que no mezquinará matices ni realismos.